Madrid me recuerda a ti,
a tus aventuras de pequeña,
de niña de la guerra,
a chotis y Chamberí…
Madrid me recuerda a ti,
a una fría noche cualquiera junto a un caballo,
a paseos y amor,
a pinsapos,
y a ti vestido de chulapo…
Madrid me recuerda a nuestros abuelos…
A nosotros de pequeños…
Al retiro y sus rincones,
tus cuentacuentos,
y mis atracones…
A “Jaimito”,
a “Pelayito”…
Y ¿Por qué no? también a Merche y Antonio,
al árbol de las bragas,
a hacernos diez, veinte o treinta paradas,
con tal de poder darnos besos por la mañana…